Lateralus.

Negro y luego blanco es todo lo que veo en mi infancia.

Rojo y amarillo llegaron para ser, alcanzándome.

Déjame ver. Abajo, tan arriba y más allá, imagino

arrastrado más allá de las lineas de la razón.

Presiona el envoltorio. Míralo doblarse.



Mucho pensar, sobre analizar separa el cuerpo de la mente.

Marchitando mi intuición dejando todas estas oportunidades detrás.

Alimentando mi deseo para sentir mi momento irse fuera de las líneas.

jueves, 17 de enero de 2013

Camino sin piedras.


7:30 am: Ahí está él, buscando sus cosas para dirigirse a estudiar, en una nublada mañana. Unos cuantos pasos hacia su destino y tropieza con una piedra. En ella está escrita la primera parte de su historia: "Un niño criado en una familia de cinco hermanos, los cuales tuvieron la desdicha de colisionarse con las drogas. Uno de ellos acabando preso y ahí, en un barrio complejo". 


Él, sigue su camino, pues un arduo día de preparación lo espera. Otros pasos más y tropieza con una segunda piedra. Ésta, contenía otra parte de su vida: "Sus padres, lucharon para que a él no le pasara lo mismo, claramente costó, pero lo consiguieron. Fue así como este jóven encontró lo que realmente le gustaba y logró destacarse plenamente en eso".



Ahora sí, ya casi finalizando su rumbo, se encuentra con una tercera y última piedra. Sin embargo, esta no incluía ninguna historia, sino más bien un una incitación, un mensaje que lo invitaba a desviar su camino, dejar atrás sus sueños y tentarse por seguir el mismo camino que sus hermanos.



Durante un prolongado tiempo,  así fue y las pruebas de la vida le cayeron como gotas de agua en una extensa tormenta. Un mundo lleno de diversiones y vicios lo encerraron de la misma manera que un novedoso juguete encierra y atrapa a un niño de cuatro años. La conciencia tardó en conectarse con su mente y de esta forma se alejó de sus objetivos. Claro, al principio siempre todo parece un juego, y efectivamente creyó no hacer nada malo, dejó de temer a las consecuencias. Sin embargo, como toda lección, ésta se fue haciendo notar y no tardó en llegar el día en el que él aprendió de ella.



Finalmente, tras varios tropezones, decidió volver a su camino, entendiendo que no podía sacrificar sus sueños por distracciones momentáneas. Entonces, siguió avanzando, pero esta vez, ya no se topó con más piedras, ni siquiera piedras pequeñas, simplemente ya nada interrumpía su recorrido. Pues cuando realmente quieres algo, nada ni nadie te impide conseguirlo, sólo está en ti. Las rocas son imaginarias, al igual que todas esas cosas y situaciones que se interponen entre tú y lo que deseas, están en tu mente y de esta manera tu decides si borrarlas de tu calle o no.



Así fue como, Oscar Calderón Maturana se convirtió en lo que hoy es: un hombre, capaz de proponerse metas y alcanzarlas. Con conciencia e inteligencia, recorriendo un camino sin piedras.


"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar." Eduardo Galeano. 


POSDATA: Te quiero <3 atentamente, Naty.





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